Catarsis para arder, arder para purificarse

Análisis del ciclo Katharsis en el Teatre Lliure

por Natalia Barraza


CONFERÈNCIES PERFORMATIVES

22 i 23/01
David Espinosa – 
Conferència espectacular  
Núria Guiu Sagarra – 
LIKES 

 

24 i 29/01
Eina Idea – 
Antropologies de la caixa negra 

 

29 i 30/01
Alexandra Laudo - 
Com observar un cel nocturn

 

30 i 31/01
Adriano Galante – 
Entrar a vivir

 

AMB LA COL·LABORACIÓ DE

Fundació Eina


TAULA RODONA PERFORMATIVA

28/01
1. Presència i alteritat

 

modera i dirigeix
Martina Tosticarelli

 

participants
Davide Carnevali, Cecila Colacrai i Marc Villanueva

 

amb la col·laboració de
Stefan Kaegi, Gabriela Carrizo, Romeo Castellucci i Susanne Kennedy

 

2. Dramatúrgies del debat
conversa entre públic i artistes
dinamitzat per Agost Produccions

 

assessorament
Roberto Fratini

INSTAL·LACIÓ DDD
22/01 - 31/01
vestíbul i altres espais

 

disseny
Roberto Fratini i Agost Produccions

 

disseny gràfic
Jordi Cuesta Vila

 

PRODUCCIÓ

Teatre Lliure


En una época de cambios paradigmáticos y de hibridación constante de códigos, el conocimiento y la reflexión como ejercicio social e intelectual buscan también actualizar formatos y manifestaciones que acerquen a asiduos y a nuevo público a espacios colectivos donde articular el pensamiento.


Katharsis se denomina el ciclo de conferencias performativas que tuvo lugar en el Teatre Lliure de Montjuic del 22 al 31 de enero, reuniendo en su programación piezas de distinta índole: danza contemporánea, música, instalación, artes visuales y otras más difíciles de etiquetar ofreciendo un amplio abanico de miradas y contenidos. Obras y artistas que, mediante sus propuestas, observan el mundo, lo diseccionan, lo asimilan y le dan forma en esta segunda edición adaptándose a las nuevas restricciones e integrando en su discurso la reformulación del hecho escénico y de ritual que nos congrega en un teatro a modo de ágora filosófica contemporánea.


La performatividad abordada desde lo racional y filosófico hace que el planteo del aquí y ahora nos interpele, ya que no se trata tan solo de mirar al escenario con afán de ocio o como una postal en movimiento, sino de integrar las preguntas que se exponen, ser permeables a sostener la duda y aquello que no está acabado, que no ofrece conclusiones sino que se sabe a sí mismo de paso, de esencia efímera, de interrogante. Llevar conferencias al espacio escénico genera que los dispositivos teatrales se enfrenten y fusionen a la información que pretende ser comunicada.


En el programa habían obras más cercanas a la performance y otro lado más divulgativo. En éste último caso creo que hubo cierta fisura entre lo que se pretendía generar y lo que realmente aconteció. Y con esto quiero decir que el nombre del ciclo evoca una purga, una purificación, una alteración apasionada del ánimo mediante la tragedia, liberando las emociones provocadas por la contemplación empática; en su lugar encontré una comedida apuesta por formatos muy elegantes, con despliegue de medios y un tono un poco endogámico y aristocrático (o lo que se entienda por este adjetivo hoy por hoy).


Sin embargo, es digno de aplauso que podamos contar con un espacio como éste que apuesta por el ambiguo terreno de los lenguajes heterogéneos que se replantean constantemente sus términos y que nos incite a debatir en tiempos como los que corren.


La primer pieza a la que asistí es Conferencia espectacular, de David Espinosa. Un ejemplo coherente en forma y contenido, donde, a través de una coreografía de juegos y juguetes, nos ofrece una dosis de la historia de los nuevos lenguajes escénicos en Europa, narrado en primera persona gracias a su propia experiencia mediante la imagen proyectada que registra simultáneamente sus movimientos. Nos brinda una generosa y desnuda puesta en escena donde volvemos a verlo como manipulador de objetos y gran conocedor del ámbito de la danza y el teatro como un inquieto artista que sigue cuestionándose los límites de la performance, del cuerpo en movimiento, del relato casi pedagógico entre la ficción y la realidad, del punto de encuentro en el que convergen de manera muy orgánica una parte de su biografía con la de la propio devenir de las artes escénicas que se mueven en los márgenes y que procuran nutrirse de otros lenguajes para ampliar y renovar los códigos. Una obra inteligente con muy buen ritmo y que sostiene el interés con su propio dispositivo.


A pesar de no haber asistido a Likes, de Núria Guiu en esta ocasión, pero debido a que conozco su trabajo como artista e investigadora, me atrevo a mencionarla en este artículo ya que considero que ha sido una pieza crucial muy bien elegida para el contexto del ciclo que analizo. Y es que Nùria suele dejarnos boquiabiert@s en sus potentísimas puesta en escena, en la profundidad y a la vez frescura con que plantea los temas que vertebran sus trabajos, cuestionando con un impresionante poderío y presencia los cánones de la imagen en las redes sociales y la repercusión de lo virtual y la tecnología a muchos niveles entre la identidad y las relaciones humanas. Un trabajo muy vigente y necesario.


Un espectáculo, o mejor dicho un artefacto escénico que me conmovió es el de Entrar a vivir, que con ese título, si lo lees en una oferta inmobiliaria, puede parecer prosaico, no podrías asociarlo a lo que aconteció en la sala Fabià Puigserver: fue una sorpresa, un golpe de oxígeno delicioso para los sentidos. Y resulta que sí, que entrabas a vivir, pero en el universo alucinógeno de Adriano Galante con el exquisito espacio escénico y lumínico de Marc Vilanova Pinyol y un equipazo como Sara Serrano, Andrea Soto y Alessia Schoor.


Esta obra, una perla de luz y de sombra, quedará en la retina de los asistentes por mucho tiempo. El escenario lleno de micrófonos que durante la pieza se transformaron dinámicamente en luciérnagas, explosiones, chispas, pasillos flotantes, cargados con la sensibilidad y la potencia indescifrable de Adriano que activaba regiones del cerebro que sólo permitían el goce. En él se exponen diferentes anécdotas y reflexiones sobre la alteración de la consciencia generando un recorrido casi íntimo por su manera de percibir y habitar la creación, el arte y el artista, la obra y la vida. Historias, un cuerpo en juego y dos canciones casi susurradas fueron solo un poco de lo que puedo mencionar que allí nos ofrecieron. Lo demás, hay que vivirlo.


En Com observar un cel nocturn vemos un impecable trabajo documentado, equilibrado escénicamente, con un interesante soporte audiovisual y la dulce presencia y voz de Alexandra Laudo. El discurso nos lleva de la mano por la historia del arte y de la ciencia para adentrarnos en algunos misterios del universo haciendo un zoom filosófico y conceptual en cómo funciona la mirada, los observatorios y los astros. La puesta en escena está aderezada con la presencia de tres jóvenes gimnastas que funcionaban un poco de manera accesoria junto a otros dispositivos estratégicamente distribuidos. Y considero que la duración fue la precisa para no acabar aplanando el ritmo en algo tan frágil de combinar como pueden ser los datos e información en este formato. Alexandra ha encontrado una sugestiva manera de transmitir conocimientos a través de códigos escénicos muy bien orquestados.


En cuanto a Antropologies de la caixa negra, del colectivo Eina Idea creo que no lograron llegar a donde esperaban, ya que el que el dispositivo escénico parecía habitado de manera estéril. Si bien el tema era interesantísimo y, por lo tanto, al leer la sinopsis se abrían muchos interrogantes y expectativas sobre cómo sería llevada a cabo, todas las reflexiones filosóficas que se pusieron sobre la mesa fueron expuestas desde la frialdad y la poca empatía para con los espectadores. Las cajas negras retienen la memoria encriptada de las catástrofes, son un testimonio perenne que puede revelar el misterio de lo insondable de los finales, y superarlos… ¡o sea! Un temazo para sacarle jugo hasta el infinito de sus ecuaciones metafóricas. La conferencia, llena de estímulos a nivel de técnico y visual, no alcanzó a atrapar al público debido a la manera en cómo fueron tratados los signos en los cuales se anclaban y esto hacía perder el interés desde la saturación de información y el tono constantemente plano con el que se transmitían. No hablo de que tengan que ser “entretenidos” pero considero que hubo ciertas carencias de dirección o mirada externa para conducir la dinámica de la puesta en escena que, más allá de no pretender ser espectacular, sí que juega con los factores propios del hecho escénico de los que podrían valerse para dar ese salto cuántico que precisaba sin caer en la comedia Ted en la que al final se transformó.


Y para acabar mi paso panorámico de reflexiones sobre el ciclo, destino estas líneas para la mesa redonda performativa Presència i alteritat en la que nuevamente la sala grande del Lliure estuvo llena (en la capacidad que permite las restricciones) de gente del sector, organizada por Agost Produccions y asesorada por Roberto Fratini. Ese jueves a la tarde una serie de personas y personajes nos reunieron para indagar de manera teórica y práctica sobre la temática central: ¿Qué es la presencia en el teatro?


Mientras los escuchaba me despertaron otras preguntas:

¿Una invocación funciona como presencia? ¿Cómo contabilizamos a un ser que se desdobla o que habita en varios planos simultáneamente? Y no hablo de metafísica o espiritismo sino de que la “otredad” es también sustancia, materia. El pensamiento ajeno cuando es apropiado por otr@ comienza a verterse en pliegues factibles, a encarnarse en otros cuerpos. Y voy a explicarme mejor: María García Vera, Davide Carnevali, Marc Villanueva y Cecilia Colacrai invocaron y encarnaron el pensamiento de Susanne Kennedy, Romeo Castelluci, Stefan Kaegi y Gabriela Carrizo, como voces que venían del más allá, con estos cuerpos presentes como intermediarios y a través de la clara y generosa conducción de la doctora en artes escénicas Martina Tosticarelli.


Muchas deliberaciones filosóficas surgían en mi mientras se exponían los puntos de vista de los 8 ponentes (4 presentes y 4 ¿ausentes?) y es que precisamente es el teatro –o la escena– lo que vehicula realidades posibles desde la ficción, que materializa universos imaginarios, que desplaza el espacio real para llevarnos a aquel que se evoca, y nos pone de frente a la paradoja del archigastado cuestionamiento en palabras de Hamlet: “ser o no ser” . Esa es la cuestión universal atemporal que a tod@s nos atañe. La única importante.


Y de ella, y como consecuencia ineludible, deriva cuestionarse el mirar, el reconocer a ese ser que está siendo sólo desde que lo vemos. Y, hoy por hoy, ¿éste mirar depende de la presencia únicamente? A partir de la pandemia todas hemos incorporado a nuestra cotidianeidad a la pantalla como el dispositivo y ventana al mundo y las relaciones, llevamos más horas interactuando con el ordenador que con nuestro propio silencio, por lo que incluso esto se ha vuelto relativo. La proximidad, el gesto, la piel, el sudor, la intimidad están quedando relegados a espacios virtuales o asépticos. Es una verdadera crisis de límites y de posibilidades que abren interrogantes caleidoscópicas.


Pero la relación < intérprete / personaje > y < escena / público > es (o debería ser) exclusiva del contacto, de la cercanía, del roce, de ese contacto fuego del que habla Castelucci, de ese arder en moléculas reales presentes y palpables que hacen que todo lo demás tenga sentido.


Vamos pues, en carne y hueso, al ágora a desmembrar las dudas, a encender y borrar los límites de lo personal para devolver la esencia efímera de estos actos, al colectivo.


Vamos a por el siguiente. Y que cada ciclo se supere a partir de su purificación.


Deseo pues, larga vida al Katharsis, con más llamas en la pira.


7.2.2021


Conferencia espectacular © david espinosa

Likes © Alice Brazzit, Piotr Jaruga, Carles Decors

Antropologies de la caixa negra © Sílvia Poch

Com observar un cel nocturn ©  Carolina Ciuti Eclipsis, Ernes Gual, Alexandra Laudo

Entrar a vivir © Sílvia Poch

Descarrega't el dossier del cicle


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