El Teatro Universitario con el Día Mundial del Teatro de 2020
Pasará la peste y volverán a abrir los teatros, los ateneos, las calles, los salones de actos de colegios y prisiones. Pasará este invierno de abrazos sobrevenido y volveremos a ver máscaras no quirúrgicas, títeres, objetos inanimados cobrando nueva vida, transmitiendo emociones. Pasarán estos entierros con sordina, este hablar en voz baja de pasillo y podremos llorar en público de nuevo, reivindicar la importancia del duelo, el luto colectivo con que cerrar esta herida en carne viva que no ha sabido de fronteras o proyectos políticos.
Pasará la pandemia y veremos que ya habían regresado las oscuras golondrinas, que a poco que modifiquemos nuestro día a día la tierra, que no nos ha echado para nada de menos, ha vuelto a reverdecer y los delfines han conquistado de nuevo la laguna de Venecia. Pasarán las semanas y los meses, muchos más de los que creíamos poder aguantar y volveremos a la superficie, esperemos dejando atrás la caverna platónica, investidos de esa sabiduría que no se deja confundir por las sombras y entiende sólo de lo más valioso. Del tú y del yo. De quien necesita hoy, de quien necesita darse para que su vida tenga sentido.
Pasarán las excusas y veremos con ojos renovados a los Segismundos, Prometeos y Antígonas, pasarán las disculpas y volverán las comedias y las farsas, también la sátira y el humor más negro, o el más primario y descarnado, lleno de referencias sexuales e insultos. Pasará lo políticamente correcto, verdadero destructor de mundos, y volverá con otros nombres, apelando a nuestra humanidad, a que no levantemos la voz, a que no hablemos si no somos víctimas, a que no hagamos nada. Pasará esta inactividad selectiva y habrá oportunidad de reformular nuestra respuesta común, nuestros recursos vitales, la gestión de éstos.
Pasará la cuarentena y finalmente volverá la normalidad, o algo muy parecido y, por tanto, igualmente anestesiante, condescendiente, poco previsor. Pasará, pero no esperemos al segundo acto, hagamos de cada balcón un escenario, leamos -también teatro y utilicemos cualquier arte o don que tengamos para expresar nuestra frustración, descontento, pulsión, esperanza, nostalgia, reivindicación, ilusión, eco o recuerdo. Hoy es el día mundial del teatro y no podemos celebrarlo en la calle con vosotros, pero dentro del posibilismo, apelamos a la capacidad que tiene cada singular ser humano para ser actor ante un público: muchos, tanto los que estáis en primera fila como quienes tratamos de no estorbar ya lo estamos haciendo, a diario, manteniendo la ficción de que todo va a ir bien.
Desde el mundo universitario, quien lucha porque éste no sea un curso perdido, feliz Día Mundial del Teatro.
ALBERTO RIZZO
Presidente de la Federación
Española de Teatro Universitario
www.teatrouniversitario.es · Federación Española de Teatro Universitario · @teatrouniversit